Cuando en Valladolid, después de un proceso de análisis participativo, se dieron cuenta de que el sistema de producción y consumo era insostenible, empezaron a mirar dentro de sus “fronteras” y a trabajar por un cambio de modelo. Partían de una situación en la que consumidores y productores estaban muy alejados los unos de los otros y “conectados” solamente por una gran cadena de distribuidores.
Para que pequeños productores ecológicos dejasen de cerrar sus proyectos, y con la intención, además, de cambiar hacia un modelo más ecológico de alimentarse y con menos impacto negativo sobre el territorio, nació Vallaecolid, un proyecto colectivo entre productores, elaboradores, pequeñas tiendas, asociaciones y cooperativas que apuestan por fomentar la soberanía alimentaria, la producción agroecológica, el consumo local y responsable y la comercialización en circuitos cortos.
En compartir está el éxito de este proyecto que va más allá de un food hub y en el que han dado mucha importancia a la digitalización como herramienta común hacia nuevos modelos en los que, piensan, no debe de caer solo la responsabilidad en los productores. De ahí que, habiendo modificado licitaciones de compra pública, hayan conseguido llegar a muchos colegios para cumplir con dos objetivos: mejorar la alimentación de los más pequeños con productos ecológicos y educar en valores que tiendan a la sensibilización sobre agroecología, soberanía alimentaria y la puesta en valor del mundo rural.
Es poco tiempo el que lleva la asociación, pero ya han entendido que juntos, entre ellos, los productores, y la sociedad, el consumo consciente puede ser una herramienta transformadora muy poderosa.